Pintura Obra de Tomás Montemayor Castillo
EPICO
Un amor de leyenda
no se tiene por la carne
y nunca anida en el hueso,
un amor muere en los labios
con palabras que no sabe el corazón.
Por que al principio de todo,
es el amor propio un reflejo
en otros ojos que ven al sol,
solamente la carne y no los huesos,
que dejan a las palabras y la piel
los colores del deseo y de la voz.
¡Amor!, ánimo épico del corazón,
besos idealizados, vida y muerte
confundidas en un ser ajeno,
¡Amor!, como el eterno sueño de ser
primero en lo infinito confundidos los dos.
Alexis Massieu Alvarez, a 26 de septiembre del 2010