La Cantera

Hace un par de días, navegando por la red, me encontré con una página desde donde se pueden enviar postales románticas, las cuales incluyen video, y uno de esos videos era de Beto Godoy, de su canción “Polvo de estrellas”, que tiene una bella melodía, y una letra que invita  a que hagamos conciencia, de nuestro valor como seres humanos y de todo lo que nos rodea, que recordemos siempre nuestro origen en esta madre tierra,  y en suma, que vivamos con intensidad, con amor y respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Maquiné este video y lo alojé en youtube, dedicado a Beto que ronda en estos días las tierras de la comarca, preparándose académicamente en Lerdo.

El universo se comunica con el hombre por medio de sensaciones, imágenes, sabores, olores y sonidos; de esa forma, es que podemos entender lo que nos rodea y compartirlo con los demás, utilizando para ello un lenguaje, ya sea con señas, con letras u otros símbolos o signos que nos den a entender el mensaje. La más común de las formas que utilizamos para entender el universo y comunicarnos, es nuestro idioma, en este caso el español; un idioma que al igual que cualquiera de los otros que se hablan en las naciones del mundo,  no es suficiente para abarcar la infinidad de cosas que podemos conocer, pues con la lengua definimos y ponemos limites, somos concretos y nos cerramos a un pequeño espacio en el universo, con la lengua que hablamos expresamos el universo de segunda mano, un ejemplo claro sería entender los colores con la simple palabra que lo encierra… rojo, verde. Hay un idioma más cercano a la realidad, y ese idioma está en las manos de los artistas, el pintor con sus colores, el chef con el sabor y los olores, el teatro y el baile con el cuerpo y sus sensaciones, el músico y el sonido de un instrumento, incluyendo su voz.

La música es la lengua del universo por excelencia.

Leyendo una vez más a Hesse, ahora, y en el principio de “Gertrude”, me encontré con estas bellas palabras: “Entre todas las concepciones del deleite puro que los poetas hayan podido soñar, me parece que escuchar la armonía del universo es el máximo y el más intenso que se pueda concebir. – Escuchar siquiera durante un latido de mi corazón el armónico palpitar del universo, su misteriosa e innata armonía sideral”.

A pesar de que todas las artes se extienden al universo, muchas de ellas andan caminos empedrados, la pintura, solo puede contener en ella, trozos y enfoques de la existencia, los sabores son determinados al llegar separados a nuestro gusto, los aromas y las sensaciones por igual, excepto el sonido que no comienza ni terminara jamás, la diferencia entre la música y las demás artes, es que las segundas avanzan entre rocas, y la primera parece caminar sobre el agua.

Con relación a este tema, te dejo un poema,  que espera la oportunidad de ser música en tu boca.

¿Cómo un día de tu vida puede girar alrededor de un disco?, no sé exactamente como las coincidencias coinciden, pero simplemente lo hacen, y no son estas coincidencias en suma maravillosas; pero determinaron claramente mi día.

Sucedió un día lunes, es decir el día de ayer, aunque el comienzo de los eventos que desembocaron en “Campo de sueños”, se dio desde dos días antes, en un sábado por la mañana, cuando exploraba blogs mediante la pagina de blogalaxia, resultando que en ella, luego de una corta búsqueda encontré un blog en el que su autor realiza acertadas criticas, según mi opinión, de los discos que por alguna razón, él, considera son interesantes, siendo el caso que el disco en turno que trataba, era el de “Crónicas de Bruno del Breñal”, de la autoría de Fernando Delgadillo, un disco fuera de lo común, que despertó las ganas del autor de aquel blog para comentarlo, y en la ocasión las ganas de dejar mi opinión,  la cual en su final, consistía en la recomendación de escuchar también, otro disco del mismo trovador, el ya mencionado “Campo de sueños”, que al igual que el de las crónicas, es un tanto singular, un trabajo de aquellos que pocos autores se animan, o pueden hacer, un disco que es una oda a los sueños.

Luego, el lunes, cerca del mediodía, antes de salir de casa, me di cuenta que hacía mucho viento, y que desde tiempo atrás  se me antojaba volar un cometa o papalote, tenía que aprovechar el momento, los vientos son impredecibles, y los tiempos de los mismos se van rápido. Y recordé una de las canciones que va al caso, la cual se incluye precisamente en el disco que les comento, titulada  “Sueños del cometa”,  entonces busqué algunos materiales, y luego de otras cosas y escuchar casi por completo el álbum en cuestión, salí de casa, con las ganas de cumplir mis planes.

Motivado, aquella tarde acompañado de una linda mujer y de su hermano, intenté volar el papalote, el cual no lo hizo como yo quisiera, fue por cuestiones técnicas que no se pudo levantar bien, según el comentario de un entrometido que iba de paso. A pesar de ello fue divertido el intento; y el papalote por tanto esperará en la cajuela por otra oportunidad.

Horas después, cuando ya oscurecía, me reuní con un amigo para conversar y compartir unos oportunos y bien merecidos  tragos… fue entonces, que buscando algo que escuchar, me volvió a la memoria, una de las canciones de “Campo de sueños”,  titulada “Del libro de los días”; y para  mi sorpresa, aquel amigo luego de escucharla mediante un video en youtube, sacó ese disco de donde guardado lo tenía y me lo regaló. Alguna vez hace ya mucho lo tuve y se me perdió; el disco “Campos de sueños” ha sido durante largo tiempo uno de mis preferidos, y ahora tras el gesto con el que de alguna manera ha vuelto, hace que lo prefiera mucho más.

Cuando las coincidencias son tan buenas, un disco puede pasar de ser otro más de los tantos que has escuchado, a ser una parte especial de tu vida.

Una  canción muy bella que no ha tenido mucha difusión es “Dichoso el árbol”, interpretada por los Fantasmas Del Real en su álbum “En Vivo Real De Catorce”; la cual ahora podrás disfrutar, acompañada de imágenes del pueblo mágico de Real de Catorce, con algunas fotografías de los Fantasmas, de cuando estuvieron por allá.