Los Trovadores

Los trovadores, ¿Qué cosa son?, ¿Qué propósito tendrán?, ¿Dónde su papel en este mundo?, ¿Cuál será la naturaleza de estos modernos juglares?, mensajeros sacrificados, poetas con
guitarra, rítmicos profetas, luchadores sociales, rebeldes, revolucionarios, en resumen: un problema.

Y viéndolos, escuchándolos, sin querer clasificarlos, entiendo que los hay mundanos, mujeriegos, noctámbulos, como el que es un duende melancólico y mal hablado, un Rolling Stone en castellano.

Los hay caminantes, guardianes de la esperanza, buscadores de un tesoro, pintores del alma, ibéricos y del Caribe, del sur, centro y norte de América, seductores, enamorados del amor, poetas con escala, filósofos de idioma universal, como aquel que atrapó por un instante la belleza, como aquel que dejo su voz en las olas del mediterráneo.

Luego también están los soldados mestizos que llevan en sus pies los reclamos sociales, la pobreza que atacan con la esperanza de que todo cambiará, con la fe en la dignidad del ser humano, unas veces con la guitarra en la mano y otras tomando el fusil, unas veces cantando hasta siempre la victoria, otras dando la vida por la causa, como aquel chileno hijo de Amanda, otra veces venciendo a la muerte invisible, como lo hizo el argentino de Tandil.

Y aunque parezca difícil, lo hay aquel que parece completo, el que con su sabiduría de árbol, consumió el vocabulario y todas las notas, el elegido de la trova, el que se dice un necio.

Estos hombres, estos artistas, en cualquier tierra y en cualquier tiempo, van como mesías de múltiples causas, condenados a cargar una cruz de clandestinaje, de anonimato, de oídos sordos, de sed que no se apaga con la fama superficial, del hambre de los sueños interminables. Los trovadores son entonces; el portavoz del hombre, guerreros de lengua libre, el soldado de la cultura, y una conciencia para la humanidad.